Meta, Trump y Milei: El Triángulo Tóxico que Erosiona la Salud Mental en Redes Sociales

Por Raúl Valle

En un giro que combina escándalos corporativos con polarización política, documentos judiciales revelados recientemente exponen cómo Meta Platforms Inc. ocultó evidencia interna de que sus plataformas, Facebook e Instagram, agravan problemas de salud mental entre usuarios. Paralelamente, figuras como el expresidente estadounidense Donald Trump y el presidente argentino Javier Milei han intensificado el caos en las redes sociales, contribuyendo a un entorno digital tóxico que fomenta la ansiedad, la depresión y la división sociales.

El Escándalo de Meta: Ciencia Oculta por Ganancias

Según documentos obtenidos en un litigio multidistrital en el Distrito Norte de California, Meta realizó en 2020 una investigación interna codificada como "Project Mercury". En colaboración con Nielsen, el estudio evaluó los efectos de desconectar a usuarios de Facebook e Instagram durante una semana. Los resultados fueron alarmantes: los participantes reportaron una reducción significativa en sentimientos de depresión, ansiedad, soledad y comparación social.

Sin embargo, en lugar de divulgar estos hallazgos, Meta detuvo la investigación y descartó los datos internamente, atribuyéndolos a una "contaminación por la narrativa mediática existente" contra la compañía. Comunicaciones internas, reveladas por la firma de abogados Motley Rice –que representa a más de 1.800 demandantes, incluyendo distritos escolares, padres y fiscales generales estatales–, muestran que empleados aseguraron al entonces jefe de política pública global, Nick Clegg, que las conclusiones eran válidas. Un investigador incluso comparó la ocultación con la estrategia de la industria tabacalera para negar daños por el cigarrillo.

Los demandantes acusan a Meta, junto con Google, TikTok y Snapchat, de deliberadamente ocultar riesgos conocidos a usuarios, padres y educadores, priorizando el engagement y los ingresos publicitarios sobre el bienestar público.

Trump y Milei: Polarización que Envenena las Redes

Mientras Meta enfrenta críticas por su rol en la propagación de contenido dañino, líderes políticos como Donald Trump y Javier Milei han convertido las plataformas sociales en arenas de confrontación extrema. Trump, con su regreso a X (anteriormente Twitter) tras su absolución en el juicio de impeachment, ha inundado las redes con mensajes incendiarios que promueven teorías conspirativas y divisiones partidistas. Sus publicaciones, vistas por millones, han sido vinculadas a un aumento en la ansiedad colectiva, especialmente entre jóvenes expuestos a desinformación y odio.

En Argentina, Milei –conocido por su estilo lumpen y provocador con alianzas con figuras de extrema derecha– ha utilizado Instagram y otras redes para difundir políticas ultraliberales, "fakenews'', ataques e insultos a la izquierda en forma violenta,  y memes virales que ridiculizan a opositores. Críticos argumentan que su presencia digital fomenta un clima de intolerancia, exacerbando la soledad y el estrés en una sociedad ya polarizada por crisis económicas.

Expertos en salud mental,  advierten que la combinación de algoritmos adictivos de Meta con discursos polarizantes de figuras como Trump y Milei crea un "efecto multiplicador": usuarios expuestos a contenido tóxico experimentan mayor aislamiento social y trastornos emocionales. Un estudio de la Universidad de Harvard, citado en informes recientes, estima que el 30% de los jóvenes en redes sociales reportan síntomas de depresión relacionados con interacciones online.

Implicaciones y Llamados a la Acción

Este triángulo –corporativo, político y digital– plantea preguntas urgentes sobre regulación. En Estados Unidos, el litigio contra Meta podría sentar precedentes para demandas similares en otros países. En Argentina y globalmente, activistas exigen límites a la influencia de líderes políticos tóxicos y lúmpenes como Milei en plataformas, argumentando que de esta manera atacan la libertad de expresión y sus existencias no debe ser excusa para dañar la salud pública.

Mientras tanto, usuarios y padres buscan alternativas, apps de bienestar mental y movimientos por "desconexión digital" ganan terreno. Por ejemplo leer libros y socializar,  iniciativa que los liberales y la derecha y el régimen capitalista no garantiza más y en ningún sentido a estas alturas de la historia.