¿Qué hacer en las elecciones provinciales? Ante el fracaso del minarquismo y la colaboración peronista.
Por Raúl Valle
En definitiva, la política mentirosa de la gestión de Milei se basa en el endeudamiento de más de 100 mil millones de dólares hasta mediados del 2025. Ante esto, si nadie lo depone, el tipo sigue. Récord de inflación de 236%, récord de monotributistas, casi dos millones que permiten junto al impuesto al salario recaudar más impuestos para subsidiar a los capitalistas, récord de la ampliación inflacionaria de la base monetaria con 38 billones de pesos, récord de déficit de cuenta corriente, despidos en el sector privado con 130 mil despidos, hace unos días en el sector lácteo. La cuestión es que el apoyo viene por el sistema del saqueo capitalista. La deuda total que acumularon los partidos patronales que gobernaron hasta ahora es de 500 mil millones de dólares. Como no hay ingresos de divisas e inversiones, la inflación sube y el dólar se transforma en incontrolable.
La cuestión de la ignominia de la deuda pública, y la garantía de paz social a sus acreedores nacionales e internacionales en los medios de comunicación argentinos es un silencio atroz. El nuevo brazo armado de los medios de Milei y el poder, los canales de América, El trece, Crónica que apoyaron la candidatura del endeudado leonino mantienen un secreto blindado al respecto.
La izquierda ha abandonado su estrategia de tribunos parlamentarios y convirtió a sus dirigentes en periodistas de debates televisivos o en el caso del PTS de panelistas de productoras mediáticas del Kirchnerismo.
El peronismo se desarma en la luchas internas por las listas, hasta para consejeros escolares. Tras la votación y apoyo político a las jerarquías de Milei, el peronismo, sobre todo la CGT, es la amalgama de todas las medidas económicas del ejecutivo, ya sea por votación o por dejar las zonas liberadas para los decretos o la represión a los luchadores jubilados, estudiantes, desocupados o cualquier reclamo social, o ya sea, también, con el apoyo político de los gobernadores peronistas o sus senadores y diputados, que ya no sirven ni para aliviar la agonía social, transitamos el descuartizamiento de la clase obrera. El tiempo político del peronismo ha caducado.
El objeto del minarquismo liberal derivó en la corrupción de Libra, el robo dentro del Anses y la venta de candidaturas. Sus topos del estado son una orga de militantes fachos de la Side. En el poder judicial y policial, todos, están engordados con uno de los mayores presupuestos estatales de la historia de casi 40 billones de pesos, un %750 más en gastos reservados que la gestión presidencial anterior.
En las próximas elecciones, por cuestión táctica, votemos a los 800 luchadores de Política Obrera, y enfrentemos la decadencia capitalista que nos dejan los terraplanistas políticos de Milei y el fracaso.
La posibilidad del triunfo del voto en blanco, con el fracaso de Milei y los peronistas hace que la proporción y el sistema Dhont del resultado electoral, sea una cuestión inestable, una etapa más de la crisis política, pero por sobre todo, dejará al desnudo la complicidad peronista. Por eso, la necesidad de tribunos obreros es vital. La experiencia con el Fitu, también se ha acabado, pero más rápido. Solano y Bregman capitularon en el parlamento ante el sionismo, junto al imperialismo, son los asesinos de los pueblos del mundo. El resto de sus organizaciones en el pasado llamaron a votar al peronismo.
En el sentido de comprender las guerras actuales, Altamira y Ramal, todavía no encuentran la ubicación correcta entre el campo beligerante de un régimen de la OTAN y Rusia.
Sin embargo, hay que votar en forma táctica a los luchadores de Política Obrera.
Por eso, no solo se trata de rotación de bancas, sino de revocabilidad ante las traiciones a los programas socialistas y, también, de recuperar los sindicatos con listas clasistas y de lucha.
Por un partido de trabajadores. Por la huelga general.
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