Crisis sistémica y drenaje financiero en Argentina. El caso YPF y los fondos Buitres.



Por Raúl Valle


La actual coyuntura política argentina evidencia una interacción de rapiña entre fondos de inversión especulativos ("buitres") y la retirada estratégica de capitales, configurando una crisis sistémica de la economía nacional y una posibilidad de fin del régimen político capitalista. Fondos como Burford Capital y Eton Park están próximos a obtener, mediante sentencia extraterritorial de la Corte Distrital de Nueva York, una transferencia de recursos equivalente a 100 veces el presupuesto anual del Hospital Garrahan.

Esta transferencia de USD 16.000 millones representaría, supuestamente, el 51% del pasivo en riesgo de YPF, ejecutándose bajo supervisión de la jueza Loretta Preska, pero esta puesta en valor es sobredimensionada jurídicamente porque el valor real de mercado es USD 6000 millones.

Este patrón de robo se replica en el precedente del Bainbridge Fund, que ya cobró USD 95 millones en acciones de YPF mediante bonos en default desde 2001.

Los chupasangres financieros se expanden bajo el efecto “Me Too" con fondos como Attestor, Trinity Bybrook, White Hawthorne y Bison Bee, explotando vulnerabilidades originadas en el irregular esquema de estatización de 2008. 

Este modelo financiero y de saqueo diseñado con el apoyo político del gobierno kirchnerista y el Grupo Petersen (un holding de los Eskenazi con vínculos personales con los Kirchner, sobre todo con el Banco de Santa Cruz) operó mediante un mecanismo de autosubsidio regresivo, donde YPF financió el 90% de la operación mediante regalías futuras (Grupo Petersen aportó solo 5%).  Por supuesto, las cláusulas del esquema fueron ocultadas, como fue en secreto, también, el Caso Chevron. También se violó el artículo 274 de la ley de sociedades comerciales.

Como ministro de Economía, Axel Kicillof (2013-2015), validó la quiebra fraudulenta del Grupo Peterson.


Es importante saber, para comprender este caso, que la posterior quiebra estratégica del Grupo Petersen (2012), tras la expropiación del 51% de acciones a Repsol, se los excluyó de la compensación accionara y luego ellos derivaron la compra de sus derechos crediticios para litigar a un fondo buitre como Bedford.


Entre otras cosas, e igual de grave, hace una semana hubo consecuencias financieras, y fue la retirada parcial de los bancos de inversión de Morgan Stanley, JP Morgan y Goldman Sachs.

El trio de agiotistas ejecutan un "flight to quality" que es el retiro de USD 5.000 millones en activos líquidos y la reducción de tenencias de bonos argentinos. 

También, por medio del "Downgrade” bursátil sectorial realizaron calificaciones "desastrosas" al sistema bursátil argentino.

Esta situación llevó a otros fondos globales como Fidelity, Pimco, Ashmore a que impongan cláusulas de renegociación predatorias, acelerando la fuga de capitales. Ante todo esto, el riesgo país aumentó 3% solo en julio de 2025, superando los 679 puntos básicos.  


En este escenario se consolida, para los que les gusta hablar de oligarquía, a 10 agentes financieros que controlan las políticas económicas mediante la amalgama política (liberales y peronistas), por supuesto, pero con una clara contradicción y antagonismos con los intereses de 20 millones de trabajadores.  


Elecciones


Propuesta política ante la implosión mileísta y la parálisis o complicidad del peronismo:  


Voto táctico a los luchadores y trabajadores de Política Obrera.


Implementación de asambleas deliberativas en unidades de trabajo y desocupados.


Construcción de contrapoder clasista en sindicatos y la CGT.  


De estas acciones, y otras de clase, constituyen a los únicos emergentes sistémicos por el socialismo que son los trabajadores, los únicos que son capaces de defender sus propios intereses para sí y en sí, frente a la depredación colonial liberal y capitalista.



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