La huelga de los trabajadores del Subte de Francia en 1941 bajo el régimen nazi.

Por Raúl Valle

Entre el 19 y 23 de agosto de 1941 ocurrió en París la hazaña obrera más lúcida y consciente de los trabajadores en la segunda guerra mundial que destruyó a los nazis.

Está huelga puso en pie a los trabajadores, le rompió el pescuezo al régimen de colaboración de Vichy, y desconoció y mandó al Partido Comunista Francés (PCF) al cesto de la basura de la historia.

Joseph Stalin bajaba la orden de mantener la neutralidad y colaboración de sus comunistas e intelectuales con la invasión nazi en Francia, debido al acuerdo firmado con Adolfo Hitler hace unos meses.

El 23 de agosto de 1939 firmó el pacto Ribbentrop-Molotov de no agresión entre la Unión Soviética y la Alemania Nazi. Consistió en la división en secreto de sus influencias en Europa del Este que permitió la invasión coordinada de Polonia e iniciar la guerra mundial.

El acuerdo fue denunciado solo por León Trotsky que le permitió ganar una influencia en la vanguardia obrera europea ante los dislates teóricos del Comintern.

El acuerdo entre Stalin y Hitler duró tan poco como era previsible, se rompió y el 22 de junio de 1941 se inició la operación Barbarroja donde los nazis invadieron la Unión Soviética y abrió el frente beligerante oriental de la guerra.

El stalinismo ya había entregado la revolución china al nacionalismo en 1927, levantado las huelgas revolucionarias en 1933 en Francia, traicionado la revolución española en 1936. El trotskismo como una vacuna caía sobre el virus stalinista que pactaba con el nazismo, entregaba las luchas y no oponía resistencia a los opresores capitalistas. 

Luego de estas capitulaciones, pasarán a otras peores aún, como la defensa de todos los regímenes democratizantes de posguerra en Europa, previo a traicionar las revoluciones objetivas durante la guerra como en Italia, Grecia y Francia. 

Mientras por lo bajo, la dirección stalinista y sus epígonos acusan a los trotskistas de enfermedad pequeño burguesa y electoralista, por lo alto sellaron los acuerdos de posguerra con las potencias occidentales como Yalta y Postdam, donde enarbolan la democracia pacífica, la defensa de los frentes populares para liquidar las revoluciones y la teoría de la defensa de la revolución en un solo país.

La huelga del subte apuntaló a la resistencia francesa, puso en pie y en forma consciente a la clase trabajadora, y preparó la huelga general en 1944.  De la mano de la liberación de Paris posibilitó posteriormente la sentencia definitiva de expiración al opresor gobierno nazi y de derecha.

Sin embargo, está huelga heroica fue derrotada con la represión del gobierno francés y autoridades alemanas, muchos de sus dirigentes y trabajadores fueron despedidos, enviados a los campos de concentración y asesinados por los nazis. Como todo protocolo de seguridad capitalista se basa en el terror y la represión de cualquier disidencia en el plano teórico y práctico, y sobre todo, si es realizado por la clase obrera.

Unos de los líderes de la huelga fue Pierre Georges, un militante trotskista, miembro del POI, que intervino en la preparación de la huelga, su audacia y valentía le ganaron el sobrenombre de “Comandante Pierre”, luego se opuso a De Gaulle y murió en un accidente de aviación en 1947.

André Marty era miembro del Partido Comunista Francés (PCF) y fue miembro organizador de la huelga, fue crítico de la línea oficial del PC y luego de ser expulsado, se acercó al trotskismo.

También participó Henry Raynaud, líder sindical de la CGT que simpatizaba con el trotskismo.

Y se destaca a Gabriel Péri, con 39 años y diputado por el Partido Comunista, tuvo un rol destacado en la huelga, y luego fue arrestado, llevado a los campos de concentración en alemania y asesinado.

Este 24 de agosto es un nuevo aniversario de la huelga de los metro-trabajadores del subte de París, que además de luchar por mejorar sus condiciones de trabajo, nos dejaron marcado con hierro caliente en nuestras almas un legado heroico para volver a intentarlo con mejores programas y organizaciones en lucha con el único objetivo de derribar al régimen opresor capitalista y abrir paso a la nueva sociedad.