Kafka, Alienación, Literatura y Resistencia

 

Por Raúl Valle

Franz Kafka fue un escritor de origen austrohúngaro, nacido en Praga el 3 de julio de 1883 y fallecido en Kierling el 3 de junio de 1924. Sus escritos no llegaron a trascender en su vida, solo publicó tres obras, sin repercusión, y su triunfo literario llegó luego de su muerte. 


También, participaron e hicieron posible el éxito literario sus editores y sus compañeras de vida que batallaron para divulgar su obra, este aspecto todavía no está muy estudiado. Ellos se negaron al mandato de quemar sus obras por el autor, y hasta corrieron peligro sus vidas al difundir su obra y ser denunciados por trotskistas por el stalinismo. 


El régimen del aborto socialista de Stalin, luego de apoyar, junto a los regímenes democráticos occidentales en sus inicios a Hitler, se va a dedicar a silenciar a Kafka en la propia Checoslovaquia y luego en Francia.


Los surrealistas con Andrés Bretón lo rescatarían del ostracismo cultural, y se haría imparablemente conocido para el mundo, pese que en Praga se lo desconoce en la actualidad y se convirtió en un efecto de consumo y turismo que se vende por internet.


Tiempos difíciles si los hay, su ciudad de nacimiento fue una de los centros de la reacción capitalista europea, pero a su vez, una de grandes concentraciones campesinas que buscaban nuevas experiencias, del arte, de música y de literatura. Pero la burguesía ya no apoyaba económicamente, como fue en la época de revoluciones a los sectores ilustrados o del enciclopedismo, su época dorada en París, sino que apoyó a la reacción, la religión y el oscurantismo, por eso nunca iba a mirar a un Kafka que ya denunciaba la burocracia del estado.


Influenciado por Dostoievski, Kierkegaard, Nietzsche, Walser, Freud y Marx logrará encontrar un lugar nuevo para la historia literaria moderna, también cambiará la forma de contar la literatura y los cuentos.


La tuberculosis llegará a su cuerpo en 1917 y en 1924 se lo llevará, propagada por la ganadería y los campesinos que huían en masa del hambre de los campos a Praga, una ciudad atrasada en el aspecto burgués e industrial, que entre otras cosas, las autoridades se negaban a los cuidados de salud y masivos de las personas y a un sistema de cloacas y planeamiento urbano para impedir la replicación de la bacteria del contagio, que por entonces, y a muchos como a Kafka a los 40 años, se los llevará a la muerte, pero se dice que para el escritor fue un periodo de exaltaciones de talento que otorgaba la infección.


Se negó a creer en el amor romántico, el que lo salvaría del mundo cruel exterior bajo la protección de un mundo interior, amoroso e imaginativo, fue todo lo contrario. 

Tuvo una influencia socialista, aunque no fue militante, ni político, lo llevó a pelearse con la policía, participar en mítines, marchar por la libertad de presos políticos, y pese a luchar contra estas adversidades, la vida familiar y sobre todo la relación con su insoportable padre fue lo que dificultó el disfruté de la vida. 


Estaba harto de su educación judía, había sido instruido desde pequeño en el estudio del mesianismo judío, y de ahí también la denuncia de la burocracia religiosa, se hace ateo. Le revuelve el estómago ante la persecución a los judíos, que estos se conviertan en una secta de extrema derecha. Algo que empujaría más en esa dirección, luego, el estalinismo en la segunda guerra mundial, y entre otras cosas, al traicionar los levantamientos polacos contra el nazismo.


Pese a todo, al inicio simpatizó con el sionismo y por influencia de su primera esposa y su mejor amigo, sueña en instalarse en Palestina y trabajar la tierra en forma comunitaria, pero la enfermedad se lo impide, era un sueño de juventud mezclado con socialismo. 


Lo que Kafka entendía por sionismo, como muchos jóvenes, era muy lejos de la realidad, luego de su muerte, esa ideologia reaccionaria que ya mostraba su verdadera hilacha, apoyando el inicio de 1933 el pacto con Hitler ante el avance comunista y luego con la burguesía imperialista, la creación de un estado artificial de Israel en 1948, un régimen que le mintió a sus jóvenes y transformó las “comunas agricolas” en colonias extremistas “roba tierra” y asesinos de derecha, y para validar su única función que es la del genocidio de palestinos.


En Cartas a su padre (1919-1925), Kafka intenta conocerse, su ansiedad, su soledad y la relación violenta contra su padre, un carnicero judío, que ascendió en la escala social con un matrimonio arreglado con una burguesa rica de la comunidad judía, para transformarse en un exitoso empresario textil, por eso, aprisionó a su hijo en la vergüenza de clases, además de tratarlo de débil, y poco hombre para la vida familiar.


Luego de recibirse de abogado, decidió no ejercer, y volcarse a la literatura después de trabajar y por las noches. Se contrapuso al escritor profesional.


En una época de reacción, Praga fue uno de los centros monárquicos, era el imperio austro-húngaro, dominadas por las fuerzas contrarrevolucionarias de Hungría y Alemania, se iniciaban las luchas nacionales y revoluciones fracasadas en el reino, y lo encontró defendiendo trabajadores, asistiendo a reuniones, y se enfrentó a la represión, también estuvo preso.


En algunos intelectuales estaba vigente la influencia de los revolucionarios de París que admiraba, pero eran minoría, y la caída de Bonaparte había dejado un remanente en forma oscura de una legislación en la ciudad contra los judios que los monárquicos habían prometido eliminar pero no lo hacieron. Además comenzaba un ataque a las libertades democráticas y a socialistas por medio de una burguesía temerosa del revoltoso movimiento obrero y se preparaba para reprimir con la reacción a todo movimiento liberal, igualitario y socialista. para restablecer en Europa el régimen de la monarquía pero con el papel floreado de constitucional.


Sin embargo, la revolución socialista de 1905 y luego la de 1917 le va a “volar el cráneo”, sin ser marxista, va admirar a los bolcheviques por su aspecto internacional, en su diario de 1914, ya mencionaba su admiración por Marx, y había leído sus obras como el Manifiesto Comunista y la Guerra Civil en Francia.


En sus textos como La metamorfosis, El proceso, El fogonero, El castillo, explora aspectos de la explotación, la alienación, la soledad, y la crueldad capitalista. Aunque tenía sus críticas a Marx como la estrategia de la luchas de clases, él consideraba un cambio reformista dentro del sistema, lo llevó a una literatura pesimista, angustiante, casi nihilista, de un mundo burocrático y sin salida, sin embargo con personajes que luchaban contra esa adversidad y el marco de este contexto, la denuncia mostró su genialidad. 


En su obra, El Castillo (1926), la ausencia de un “burgraves”, describe los tiempos de cómo la descomposición de la monárquica y de su ausencia social, hacen que el protagonista se pierda en laberintos infinitos y burocráticos, y que al ser contratado para unos arreglos caerá en la desesperación por no encontrar nunca al responsable.


La Metamorfosis (1915) describe a un personaje que se transforma en insecto, y es unos de los mayores éxitos literarios al describir las formaciones de las familias capitalistas y los roles intrafamiliares, que llevan a la alienación y sumisión a los hijos.


El Proceso (1925) muestra la condena a un joven sin conocer su causa, sin poder defenderse de una acusación, esta obra maestra lo logra por el conocimiento de sus estudios de derecho, allí también conoció la discriminación porque a los estudiantes judíos que hablaban checo y los que hablaban alemán se los obligaban a entrar a la universidad por diferentes puertas y tenían tratos diferentes con las autoridades. 


También, su intento de trabajar en una fiscalía, se hacía dificil porque a los judíos se les impedia acceder a los cargos jerarquicos, abandona rápido porque lo considera una perdida de tiempo, y se incorpora como administrativo en una empresa de seguros, allí se dará cuenta como la balanza capitalista pesa a favor de los ricos y poderosos, allí dirá que “los trabajadores en vez de recibir migajas por los juicios laborales, tendrían que quemarlo todo”. 


Su primera obra “El fogonero” (1915) lo marcará hasta los huesos, y describe como un trabajador se revela contra su patrón.


Luego desarrolla la condena a muerte en “La Colonia Penitenciaria” (1919) y describe la formación de instituciones represivas y su relación con el colonialismo, y aunque su aspecto es descriptivo y literario es una de sus mejores obras.


En América (1919) muestra como un joven y confiado viaja a Estados Unidos y es robado al llegar al puerto de la metrópoli por su ingenuidad y bondad campesina por unos descuidistas y malhechores.


El artista del Hambre (1927), ya próxima a la crisis capitalista de 1930, describe un personaje en el circo que su talento era pasar hambre y atraer al público, y su objetivo era superar su récord sin comer, al fallecer de hombre es reemplazado, sin más, por un oso en el centro de atracciones.


Algunos aspectos de la obra de Kafka es que generó un nuevo estilo literario, y fue el que “creó” a Borges e influyó en el estilo de Camus, Sartre, Gabriel García Márquez, e Italo Calvino, pero lo más bello es que posibilitó la entrada inicial a la lectura de muchos jóvenes, y dejó a la humanidad sus personajes que lucharon contra la opresión y se pusieron de pie por la resistencia a este régimen decadente.




 

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