La OTAN descarga la guerra en Medio Oriente





Alejandro Guerrero



Irán, con su ataque del sábado a territorio sionista, ha sido si se quiere tibio en su respuesta a la destrucción por Israel del consulado iraní en Damasco el 1º de abril. El atentado terrorista de Israel -se hizo con un misil- se produjo mientras se desarrollaba una reunión en ese consulado y allí murió, entre otros, el general Mohamed Reza Zahedi, coordinador de operaciones con Hezbollah. La agresión israelí, por tanto, tiene un vínculo muy visible con la acción de Hamás en Gaza.

El de Irán fue el ataque más anunciado de la historia: durante dos semanas advirtieron que irían drones y misiles, de modo que la OTAN -los aliados de Israel e Israel mismo- armaran su “coraza de hierro” para interceptar los proyectiles. Por lo demás, Irán estuvo lejos de lanzar sus proyectiles más poderosos, los equipados con dispositivos que evitan o dificultan la intercepción. De todos modos, los pocos drones que traspusieron la barrera causaron un daño importante en bases militares sionistas. La de Irán fue una respuesta obligada, de compromiso, tan suave como pudo, ante un ataque israelí que los ayatolás no podían dejar pasar.

Israel no pudo saber de aquella reunión en el consulado iraní en Damasco sin una operación previa de inteligencia profunda, y por supuesto sin la venia de sus aliados de Occidente. Fue, por tanto, un ataque de la OTAN, que anuncia así su intención -o por lo menos su amenaza- de llevar la guerra a Oriente Medio. Extiende de tal modo la guerra contra Rusia, amenaza con conv


ertirla formalmente en una guerra mundial que, por otra parte, ya está más que en ciernes.

Ahora Israel, gobernado por la extrema derecha y con una crisis social creciente dentro de sus fronteras por la crisis económica galopante, se dirá obligado a “responder” a los drones y misiles iraníes. Por lo menos, ya desarrolla una escalada diplomática amenazante en todos los foros, con el respaldo activo del gobierno norteamericano.

Si Israel bombardea territorio iraní, obligará a los ayatolás a hacer lo propio en Israel. Imposible saber en qué punto se detendría esa escalada, o hasta dónde están dispuestos a llegar los hitlerianos de la OTAN con su punta de lanza sionista.

Es de esperar que prospere y se multiplique la movilización contra la guerra que se ha puesto en marcha dentro de Israel, y que internacionalmente suceda lo propio. Resulta indispensable cortar de cuajo la agresión militar de la OTAN en Europa del Este -Ucrania- y ahora en Irán. Estamos ante una amenaza al grado de civilización alcanzado por la humanidad.

Por nuestra parte, si bien el “gabinete de crisis” armado por Milei y su troupe para respaldar a Israel “y al G7” no puede ser más que otra payasada, coloca a la Argentina en estado de guerra y del lado de la agresión imperialista. De ninguna manera nos es ésta una guerra ajena. Las consignas contra la agresión sionista deben incorporarse a las demandas por pan y trabajo, por un salario igual al costo de la canasta familiar, para que se terminen los despidos y por nuestras condiciones de vida.

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