Subte

 Cuando bajé las escaleras del taller Rancagua para tomar servicio por primera vez un día como hoy hace 20 años atrás no tenía pensado vivir todo lo que aconteció. 


Dos décadas en el Subte. Y sin dudas una mejor que la otra. De ambas elijo la primera. La de la lucha contra las tercerizaciones, la de las paritarias con voz y voto de acción directa para recomponer el salario, la de la obtención de innumerables ascensos postergados para todos mis compañeros, especialmente para los activistas que hicieron posible las 6 horas y frenaron los despidos. La década en que el Cuerpo de Delegados se reunía religiosamente todos los martes en el Bauen. Donde se recorrían los sectores y las discusiones se daban mano a mano con la base puliendo la mejor propuesta para llevar y defender contra la empresa. La década en la que saldamos una discusión histórica y donde el sindicato propio se hizo realidad.


Soy de los que no conocimos las 8 horas ni los despidos arbitrarios y todo aquél miedo con el que se venía a trabajar. Pero también soy de los que asumimos la herencia inmediata de defender todas esas conquistas y participar en las que vendrían después.


De estos 20 años la mitad fui metrodelegado y por estar en Rancagua no me ha faltado acción ni convicción por hacer respetar la voluntad de mis compañeros. El método infalible? La asamblea, por supuesto. 


Con Charly a poco por jubilarse, me cuesta pensar que aún me falten 20 años más acá abajo. Creo que es necesario luchar por una reparación histórica previsional, por un licenciamiento previo para todos los expuestos al asbesto, estén afectados o no. Cosas como esas son por las que vale la pena seguir peleando.


Que la próxima década nos encuentre más unidos y organizados!


Para los que están y los que estuvieron, un abrazo grande a todos mis compañeros!


Ariel Rocchetti.




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